Todos queremos cuando nos vamos de vacaciones, relajarnos y hacer todo lo que no hacemos en casa; es decir, hacer nada.
Sin cocinar, sin lavar, sin trabajar y, sobre todo, sin dietas estrictas. Y entonces elegimos unas vacaciones con todo incluido en las que tanto nosotros como los niños podemos elegir comer cuándo y lo que queramos.
Todo suena muy bien, salvo que cuando se tiene todo delante es muy difícil, si no imposible, abstenerse de comer de forma más diversificada y, por tanto, más cuantitativa. Y el relajante ambiente de las vacaciones incita a probar tantos gustos y sabores como sea posible.
Es más, a tu alrededor puede haber gente con la mentalidad "si he pagado, me lo como todo", y esto puede influir negativamente.
Sin embargo, hay algunas formas de mantener un poco la rutina incluso en vacaciones.
- Elegir bien - Con tantas opciones, algunas de ellas muy saludables, un todo incluido podría incluso ayudarle a perder peso o al menos a mantenerlo. Puedes elegir a la plancha en vez de frito, pescado y marisco en vez de cerdo o carne picada, además de una gran variedad de ensaladas.
- Evite las salsas - Es cierto, cuando ves toda una mesa llena de salsas cada vez más interesantes, tiendes a poner un poco de cada. Pero las salsas son de las más calóricas y también ricas en azúcar. Aun así, puedes optar por una salsa de yogur o una vinagreta (salsa de limón).
- Atención a las guarniciones - Hay tantos tipos de arroz, patatas, pasta y pan que es difícil no caer en la tentación. Además, uno piensa que está de vacaciones y probablemente se merezca un capricho. Pero entre toda la guarnición, seguro que te apetecen verduras de todo tipo, al vapor o a la plancha. La elección lo es todo.
- Día de la trampa - Sí, podrías elegir un día en el que comas la mayor cantidad de alimentos poco saludables, pero sería mejor elegir sólo una comida de ese día en la que puedas comer lo que quieras, y no todo el día.
- Ciugulelile - Todo incluido significa precisamente eso, todo. Cualquier cosa, a cualquier hora. Pero no significa que si es la hora de la pizza o de los aperitivos salados y poco saludables, tengas que estar presente para todo.
Lo mejor de unas vacaciones con todo incluido es que, aunque no tengas que cocinar todo el día, sigues teniendo comida todo el día. Eso debería ayudar, siempre que elijas bien.
No está prohibido comer variado, pero hay que hacer hincapié en la calidad, no en la cantidad, que parece ser la palabra clave de estas fiestas. Puedes comer pasteles, pero no un plato lleno ni en todas las comidas.
Sáltate el tentempié y prepárate un sueño reparador o un paseo. Al fin y al cabo, uno se va de vacaciones para relajarse y descansar después de un año de trabajo, no para comer y pasarse el año siguiente intentando adelgazar.